¿Cuántas veces ha sentido que nadie comprende lo que expresa? ¿Ha escuchado alguna vez discusiones inútiles entre dos personas que, desde el punto de vista suyo, defienden lo mismo sólo que usando diferentes palabras? ¿Cuántas veces le ha dicho a sus subalternos qué es lo que espera de ellos, sin conseguir resultados?
Los seres humanos nos diferenciamos del resto de los seres por nuestra gran capacidad de comunicación, y por los resultados a los que esta comunicación nos ha llevado. Sin embargo, la mayor parte de las veces la comunicación se ve disminuida por comportamientos negativos aprendidos durante la vida, porque nos dejamos llevar por una falsa lógica, o porque fácilmente cedemos ante nuestros impulsos primitivos.
Con la comunicación se trasmite además de información, conocimientos, sentimientos y principios de una persona. Para comunicarnos efectivamente debemos tener claro qué es lo que queremos lograr. Nadie se comunica por el mero hecho de transmitir una información. Todos nos comunicamos con la intención de que el receptor de la comunicación haga algo con la información que le estamos transmitiendo. Ese debe ser el punto de partida.