Supervisión es la actividad de apoyar y vigilar la coordinación de actividades de tal manera que se realicen en forma satisfactoria. Por lo tanto, el supervisor es la pierda angular en el éxito de las organizaciones, ya que es el encargado de ejecutar todas las estrategias establecidas en los niveles superiores de mando para lograr los objetivos organizacionales.
No hay labor más importante, difícil y exigente que la supervisión del trabajo ajeno. Una buena supervisión reclama más conocimientos, habilidad, sentido común y previsión que casi cualquier otra cosa de trabajo. El éxito del supervisor en el desempeño de sus deberes determina el éxito o el fracaso de los programas y los objetivos del departamento.
Son muchas las variables que tienen relevancia en cada situación administrativa para determinar el ámbito de una supervisión efectiva. Entran en juego la habilidad, la capacidad y las actitudes del supervisor en áreas tales como la supervisión misma, la delegación de funciones, la motivación de los empleados, la participación de subordinados en la toma de decisiones, etc. También cuenta la capacidad, la actitud y la especialidad técnica del personal bajo la supervisión del supervisor.