La búsqueda del éxito representa un reto para toda organización. Sin importar su función y posición, cada colaborador debe tener conciencia de la trascendencia de su participación en la misma. Sin embargo, las actividades diarias consumen toda oportunidad de reflexionar sobre dicha trascendencia y limitan la capacidad de establecer las alianzas necesarias para lograr las sinergias que permitan alcanzar los objetivos.
La integración de grupo representa la piedra angular del trabajo de equipo. El sentido de pertenencia, el reto de la tarea y el espíritu de equipo determinan la cohesión de las empresas, en donde se ponen a prueba el compromiso, la confianza, la comunicación, la coordinación y el liderazgo de sus integrantes. La integración refuerza de manera concreta la responsabilidad de las diferentes personas en la consolidación de los procesos y logro de objetivos comunes.
Cuando los grupos son separados de sus ambientes de trabajo y sometidos a tareas que desconocen exigiendo soporte y aporte grupal, éstos son forzados a resolver diferencias buscando la participación de cada uno, involucrando el corazón, la mente y la acción.